Antonio Dispara





Después de una semana incruenta toca disfrutar. Todo un día de viaje parando en chiringuitos, playas, acantilados y un barco. Viva el coche de la santísima Evdokía y su aire acondicionado. Llegar de noche, con la luna llena y saber que el viaje no ha sido en balde. No teníamos ni un duro y en esa isla no hay ni bancos ni cajeros, con lo cual ha habido que alargar 27 euros mientras no quisieramos pagar el barco de vuelta a la civilización. Menos mal que unos gabachos del yate aparcado a la izquierda de la foto tenían preparada para la noche del sábado la celebración de una boda, y todos los que estabamos acampados y los que llegaron del pueblo nos pusimos tibios de comer y beber. Y de bailar porque tenían contratado a un pincha horroroso (seguro que era colega) y se hicieron llegar una fanfarria de 8 vientos y una batería de esas que se cuelgan a lo largo del pecho. Se portaron bien rebién los músicos, teníais que haberlos visto tocando smell like teen spirit metiendose en el mar, haciendo ruidos con la trompeta bajo el agua, saltando y salpicando (preferimos rayos y centellas a luna llena). Unas chiquillas, de parte de los del yate, se pusieron en pelotas y al agua a bailar y a saltar y a beber y a comer que son dos días. Yo me retiré con la matu a eso de las dos cuando se cansó la banda. pero allí siguieron con el pincha chungo hasta que se fue la luna. Nosotros habíamos pasado el día entero bajo un cedro que crece al ladito del agua y que nos obligaba a taparnos con el saco de dormir para echar la siesta. Mientras que al sol quemaba la arena. El agua turquesa, y los peces de colores. Que bonito es Grecia si bombardeas Atenas.
aquí un mapa | By Unknown, 17:11

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